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miércoles

... de excusa en excusa y tiro porque me toca ...


Estoy segura de que el amor (entiéndalo cada uno como quiera), es algo más que la conexión de dos almas atraídas por una fuerza intrínseca inexplicable. Cuanto más mayor me hago, más me doy cuenta de que para que surja el fruto del amor, es decir, la pareja, deben darse muchos más factores ajenos al propio sentimiento. Circunstancias de tiempo, momento y espacio. De verdad afirmo que he vuelto a conectar con alguien. Un chico que me ha despertado mi deseo de resucitar mi espíritu “parejil”. Me gustaría compartir con él muchas cosas, todas diría yo. Y cuando estamos los dos solos, siento que esa conexión es sincera.

Pero  cuando dos personas no coinciden en circunstancias, esa sintonía inicial se diluye. Él no me da, seguramente se lo impiden más sus circunstancias que su corazón, y yo me he cansado de buscar sin recibir. Quizá luego, como buena mujer, me ‘autoacuse’ de no haber luchado, de no haber esperado a un cambio de circunstancias… Pero ya no. Y la explicación es muy sencilla: yo quiero un amor más allá de las circunstancias. Se que el día que enfrente tenga un “sentimiento mutuo real” las circunstancias serán parte del camino a recorrer juntos. 

Y con esta perspectiva en mente, cuando nos ‘enganchamos’ de ciertos individuos con quienes potencialmente podríamos o querríamos tener una relación, pero las circunstancias se convierten en la perfecta excusa para no dar pasos al frente, es más fácil darse cuenta de que no merece la pena ‘autoexcusarse’, porque la única realidad es que su sentimiento o conexión no es tan notable como para mandar a freír espárragos cualquier circunstancia. 

Quizá sea verdad que también para encontrar el amor hay que estar en el sitio adecuado en el momento adecuado… Pero lo único que se, es que hace años (como nos ha pasado a todas), me hubiera arrastrado, llorado, luchado, y no descarto el ponerme de rodillas, afirmando en tono revolucionario que “venceré a sus circunstancias y será mío”. ERROR, nunca conocemos las verdaderas circunstancias del de enfrente, pero sí que no hay circunstancia real que sea más fuerte que el verdadero amor.  

Grabaros esto chicas: si de verdad le gustas a un chico, si de verdad ve en ti a alguien a quien amar con todas las consecuencias, no habrá excusas ni circunstancias que valgan, estará ahí y el resto fluirá solo. Lo demás es un camino lleno de socavones que no merece la pena ni empezar a recorrer.  De vez en cuando hay que ser prácticas y desengancharse antes de ser parte de esas circunstancias. Una pena, sí, porque no es fácil conectar, pero de nuevo, cierra los ojos y repite: -Querida Justicia Cósmica, hazme que un día conecte en tiempo y momento con un alma real que imponga sus sentimientos a sus circunstancias… Porque las circunstancias son excusas y las excusas, el alimento de los cobardes.

¿Alguna vez habéis sentido la 'fuerza' de las circunstancias?
¿Hay que estar en el momento adecuado en el sitio adecuado?
¿Cuál es la 'peor' excusa que te han dado?

... EL PRÓXIMO MIÉRCOLES ... 
 Las chicas debaten sobre los puntos "de no retorno" 
que tenemos cada uno

2 comentarios:

  1. Anónimo2/2/11

    Sinceramente creo que en ciertos momentos las circunstancias si te pueden hacer que no veas la realidad mas alla de tus propios ojos pero... también supongo que ciertamente... si sientes algo muy fuerte por una persona lo mandas todo a paseo y decides arriesgarte.
    Pero a veces puedes estar "anestesiado/a" y darte cuenta tarde...
    En fin, sea como sea, felicidades por el capitulo!!! Me ha gustado mucho!

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  2. Las circunstancias, en ocasiones, no nos dejan salida, lo digo por experiencia propia. Muchas veces lo que se desea y lo que se quiere no son compatibles con lo que ocurre a nuestro alrededor, porque esto último tiene mucha fuerza, demasiada, desgraciadamente. En este caso concreto, la pregunta sería: ¿qué pesa tanto, qué clase de barreras hay para no querer y dejarse querer? Yo tiendo a pensar, por lo que me ha tocado a vivir, que cada uno tenemos nuestro momento, nuestro tren y, si alguien no es capaz de subirse, pues mala suerte, ya aparecerá otro u otros en algún vagón...

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