Capítulo 2: ESE ENTE LLAMADO "EX"

-Siempre me pregunto cuándo me ocurrirá alguna de esas historias que siguen un guión cinematográfico. Bonito inicio, un problemón y una escena de final feliz…

-Mel, esas cosas sólo pasan en las películas -le reprochó Susana casi con indignación-. Hace dos meses que te dejó y sigues pensando que te va llamar arrepentido, o lo que es peor, que va a aparecer en la puerta de tu casa jurándote amor eterno… No pasará, métetelo en la cabeza.

-Pero no dejo de saber de casos de parejas que vuelven pasados los meses, incluso los años. De hechos mis padres hicieron un parón y ahora están felizmente casados, ¿por qué no podría ser este el caso? –lloriqueaba Mel visiblemente afectada y dando vueltas a su café una y otra vez.

-Cariño porque tú sabes que este no es el caso. Iván te dejo porque no te quiere, si no hubiera dado señales de ‘flojera’ en este tiempo –medió Lucía entre sus dos amigas.

-Seguramente nena Iván haya rehecho su vida con una cualquiera que no te llega a la suela de los zapatos; mira Roberto… en fin de año pidiéndome retomar nuestro matrimonio y en marzo llevando a la boda de nuestros amigos a su nueva novia. ¿No creéis que los hombres olvidan demasiado pronto? –preguntó con ‘rintintín’ Mayte mientras saboreaba un helado de chocolate.

-Yo lo llamo memoria selectiva. No pueden recordarnos porque no tendrían excusas que autodarse para justificar sus mediocres actuaciones. Es mejor pensar en su ‘bomboncito’ presente… -las palabras de Susana desprendían rencor.

- ¿Susi, has vuelto a ver a Jorge ? –preguntó Mel curiosa.
- Sí… me le he cruzado con el coche como doce veces en el último mes…
- ¡Eso es el destino! –exclamó Lucía.
- Yo vivo a escasos 500 metros de Iván y no nos hemos cruzado, y mira que yo elijo el camino que más cerca pasa de su casa para ir casualmente a trabajar…
- Mel, la diferencia es que tú quieres que Iván vea lo guapa que te has puesto, pero yo no quiero ver a Jorge ni en pintura y me le encuentro más que cuando estábamos juntos –aseveró indignada Susana.
-Insisto, es el destino. –confirmó con la cabeza Lucía relamiendo su cuchara.

-En el fondo poco podemos hacer contra el destino… Por eso me aferro a pensar que si tengo que estar con Iván estaré… Yo me porté bien, hice todo lo que estuvo en mis manos, y confío en la Justicia Cósmica.

-¡Tú estás loca! –Susana empezaba a perder los nervios con su amiga.

- ¡Di que sí pequeña, confía en la Justicia Cósmica…! Que cuando estés en las marquesinas, o salgas en la tele, o hagas una película, Iván y más de dos se van a dar de cabezazos. –Mel, Lucía y Mayte rieron cómplices, Susana se mostraba más reticente mientras pagaba la cuenta.